martes, 30 de diciembre de 2014

San Silvestre Trail de Pedrezuela. 27/12/2014


No están todo los que son, pero son todos los que están

 Cierro el año con la misma carrera que el año anterior. En sólo 3 ediciones, la San Silvestre Trail de Pedrezuela se ha convertido para muchos en un clásico imprescindible del calendario navideño. Un recorrido precioso, una organización fantástica y un montón de amigos, ¿quién necesita más motivos para acudir a esta cita el último sábado del año? El CDETM de Pedrezuela nos propone un recorrido muy atractivo que, sin alcanzar los 1.000 metros, acumula 520 de D+ en 18 kilómetros técnicamente muy diversos. El cañón del Guadalix pone la guinda al paisaje.
El tipo del gorro no tenía ni idea de cómo iba esto...
Este año Bego se había apuntado de voluntaria, por lo que mi cita se adelantó un par de horas. A las 7:30 debíamos estar en el polideportivo. Allí supe que Juanma, a quién conocí en el mes de marzo en Alto Sil, formaba parte de este club y participaría como escoba. Estuve charlando con su padre, también voluntario y veterano ultramaratoniano. Juanma tiene muy alto el listón para ser el gastazapas nº 1 de la familia.
 Poco a poco fueron llegando caras conocidas. Besos, abrazos y muchas fotos.
Llega la hora. Pasamos el control de chips (muñeca) y al cajón. Busco a Juan. Veo su gorra unos diez metros por delante. Está con su amigo Nacho, a quién reconozco de la peli de la Trail Walker y Javier Belloso. Me gusta correr con el keniata. Solemos llevar ritmos similares, tenemos planteamientos parecidos y casi siempre llevamos la misma camiseta (yo hoy llevo la negra del Culmen-RdB MT) Habla pero nunca parlotea, es un buen compañero. También podría quedarme con Juanlu y los FFDR, pero van a salir muy atrás y prefiero no llegar muy retrasado al río.
Gerardo 'repasándome' después de una paradita
Ponemos un ritmo con el que me siento cómodo. Algunos corredores nos pasan, como Gerardo (2 veces) y nosotros alcanzamos a otros.
En el río evito el atasco por el paso marcado, vadeándolo un poco más arriba. El agua está fresca y disfruto con el chapoteo.
Pasamos el primer avituallamiento en el que prácticamente no para nadie. Corremos juntos en las pistas y uno tras otro en los senderos y tramos más técnicos. Unas veces Juan va delante y otras yo. El último tramo antes del 2º avituallamiento voy yo delante. Cuando llego, cojo un pedazo de plátano y otro de naranja mientras espero que él llegue. Me extraña que no lo haya hecho ya porque veníamos juntos todo el tiempo. Espero otro rato y pienso que ha debido pasar ya, sin que me haya dado cuenta. Dejo el avituallamiento y vuelvo a la carrera. Intento mantener un ritmo más o menos vivo el resto del tiempo. No volveré a encontrar ninguna cara conocida hasta ver a Mapi en el punto en el que se dio la salida.
Km. 16. (c) Sebastíán Navarrete
Al final no me quedaba mucho más por exprimir. 1:54, 10’ menos que el año pasado. Busco a Juan en la zona de meta pero no parece que esté por aquí. Me pongo en la fila del caldito y el bocata. Bego está dando el caldito y me hace un resumen de los amigos que han ido pasando por allí. Estoy charlando con Celso cuando llega Suso y me dice que Juan ha tenido un accidente con una rama y se ha hecho una brecha en la cabeza que sangraba bastante. Todos los que van llegando hablan de la brecha de Juan, pero las noticias van siendo algo más tranquilizadoras. Reyes le ha dejado su buff para que lo use como vendaje. Afortunadamente la herida fue más aparatosa que grave y nuestro keniata blanco ya estará dándole a la zapa, seguro.
Termina un año con luces, sombras y claroscuros, como todos supongo. La diferencia está en las proporciones, pero sobre todo en cómo te afectan unas y otros. Ahora creo que disfruto más corriendo de lo que lo hacía el año pasado. En 2015 he conocido nuevos compañeros gastazapas y he disfrutado de momentos fantásticos con algunos de los ‘viejos’.
Llegando a meta
Hace poco he empezado a ir al gimnasio. En noviembre, dos días después de asegurar ante unas 15 personas que no me interesaban los ultras y que me daban alergia los gimnasios, me tocó un dorsal para el GTP. Afortunadamente puedo elegir distancia y me quedaré con el TP60. No hay que despreciar a la Providencia. El gimnasio sigue sin gustarme demasiado, pero no es tan aburrido como pensaba. En 2015 espero encontrar el modo de enfocar y coordinar mis entrenamientos y carreras para ir progresando durante el primer semestre y encarar mi reto del Peñalara con las máximas garantías. Mi objetivo es disfrutarlo de principio a fin, y si llego de día mejor.
Mi excursión del 28 de junio de 2015. ¿Te apuntas?
Luchad por vuestros sueños(,) insensatos.






Las fotos son de Mapi, Marian y Navarrete.
Gracias a los 3.